Aquel 15 de diciembre del año 2000

Te conocí sin saber como eras. Tu sola lograste enamorarme simplemente con tus palabras. Hiciste que diera el paso de contar a mi familia como era yo, de que cruzara esa frontera a pesar del dolor. Dejaste toda tu vida por estar conmigo. Cambiastes tus formas, tu día a día, y afrontaste la dura tarea de empezar de cero en un lugar que no era el tuyo. Tuviste que lidiar con gente que te ofendía, fuiste fuerte, eres fuerte.
Pasamos por el duro trance de que alguien te dejara pertenecer temporalmente a estas tierras. Hemos pasado tantas cosas juntas que todo nos ha llenado como personas, a veces hemos llorado, otras reído, pero siempre juntas.

Cuando te miro, en tus ojos veo amor, amor cálido. Esa sonrisa que cruza tu cara y me dedicas a diario me sirve para llenarme de vida. Eres tan bonita. Siempre que me pongo a pensar en nuestros comienzos recuerdo el momento en que tu me agarraste la mano y con un solo dedo me acariciaste e hiciste temblar. Recuerdas nuestros nervios?. No nos conocíamos y ya nos queríamos. Y ya llevamos casi 9 años. Eso es gran parte de la vida no crees?. Lo repetiría un millón de veces más.

Hoy vuelvo a revivir esos momentos, recuerdo tu cabeza en mi hombro, tu sonrisa nerviosa, esa habitación. Ahora estamos casadas, tenemos nuestra casa, nuestra familia, y la que deseo que ampliemos (ya sabes). Quiero que seas la madre de mis hij@s por tus principios, por tu educación, por tu saber estar, por lo buena que eres, por los cuentos que cuentas, jeje. Cuando te pones a contar esas historias de princesas, de mariposas, de flores, siempre muchas flores, hasta a mi me dejas alucinada. Y es que ninguna de esas historias tienen maldad. Por eso nos gustan tanto.

Una vez te dije que nos reiríamos de todo lo malo que hemos pasado, y aquí estamos, disfrutando el momento. Por eso te digo y te repito que te amo, que te amo tanto que te necesito aunque estes aquí a mi lado.

Que eres mi vida y te quiero.

TE QUIEROOOOOOO